lunes, 6 de abril de 2009



Margarita, flor de atalaya.

Margarita que te deshojas en cada verso,
Del blanco azucena,
Búsqueda que no se marchita.

Atalaya luminosa,
Corazón inquieto,
Mente alerta.

Cuando modificas tu casa,
Cuida de no esconder tus versos,
Que tienen aroma a viento,
Flores dormidas
Y lágrimas calladas.

Ánclate al cielo y al mar esmeralda,
Mirando siempre
La espuma dorada
del verde tierra.

Luis Enrique Gil-Fortoul

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