jueves, 11 de diciembre de 2008

Salmo

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Yo te amo, SEÑOR, fortaleza mía.
2 El SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi libertador;
mi Dios, mi roca en quien me refugio;
mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable.
3 Invoco al SEÑOR, que es digno de ser alabado,
y soy salvo de mis enemigos.
4 Los lazos de la muerte me cercaron,
y los torrentes de iniquidad me atemorizaron;
5 los lazos del Seol me rodearon;
las redes de la muerte surgieron ante mí.
6 En mi angustia invoqué al SEÑOR,
y clamé a mi Dios;
desde su templo oyó mi voz,
y mi clamor delante de El llegó a sus oídos.
7 Entonces la tierra se estremeció y tembló;
los cimientos de los montes temblaron
y fueron sacudidos, porque El se indignó.
8 Humo subió de su nariz,
y el fuego de su boca consumía;
carbones fueron por él encendidos.
9 También inclinó los cielos, y descendió
con densas tinieblas debajo de sus pies.
10 Cabalgó sobre un querubín, y voló;
y raudo voló sobre las alas del viento.
11 De las tinieblas hizo su escondedero, su pabellón a su alrededor;
tinieblas de las aguas, densos nubarrones.
12 Por el fulgor de su presencia se desvanecieron sus densas nubes
en granizo y carbones encendidos.
13 El SEÑOR también tronó en los cielos,
y el Altísimo dio su voz:
granizo y carbones encendidos.
14 Y envió sus saetas, y los dispersó,
y muchos relámpagos, y los confundió.
15 Entonces apareció el lecho de las aguas,
y los cimientos del mundo quedaron al descubierto
a tu reprensión, oh SEÑOR,
al soplo del aliento de tu nariz.
16 Extendió la mano desde lo alto y me tomó;
me sacó de las muchas aguas.
17 Me libró de mi poderoso enemigo,
y de los que me aborrecían, pues eran más fuertes que yo.
18 Se enfrentaron a mí el día de mi infortunio,
mas el SEÑOR fue mi sostén.
19 También me sacó a un lugar espacioso;
me rescató, porque se complació en mí.
20 El SEÑOR me ha premiado conforme a mi justicia;
conforme a la pureza de mis manos me ha recompensado.
21 Porque he guardado los caminos del SEÑOR,
y no me he apartado impíamente de mi Dios.
22 Pues todas sus ordenanzas estaban delante de mí,
y no alejé de mí sus estatutos.
23 También fui íntegro para con El,
y me guardé de mi iniquidad.
24 Por tanto el SEÑOR me ha recompensado conforme a mi justicia,
conforme a la pureza de mis manos delante de sus ojos.
25 Con el benigno te muestras benigno,
con el íntegro te muestras íntegro.
26 Con el puro eres puro,
y con el perverso eres sagaz.
27 Porque tú salvas al pueblo afligido,
pero humillas los ojos altivos.
28 Tú enciendes mi lámpara, oh SEÑOR;
mi Dios que alumbra mis tinieblas.
29 Pues contigo aplastaré ejércitos,
y con mi Dios escalaré murallas.
30 En cuanto a Dios, su camino es perfecto;
acrisolada es la palabra del SEÑOR;
El es escudo a todos los que a El se acogen.
31 Pues, ¿quién es Dios, fuera del SEÑOR?
¿Y quién es roca, sino sólo nuestro Dios,
32 el Dios que me ciñe de poder,
y ha hecho perfecto mi camino?
33 El hace mis pies como de ciervas,
y me afirma en mis alturas.
34 El adiestra mis manos para la batalla,
y mis brazos para tensar el arco de bronce.
35 Tú me has dado también el escudo de tu salvación;
tu diestra me sostiene,
y tu benevolencia me engrandece.
36 Ensanchas mis pasos debajo de mí,
y mis pies no han resbalado.
37 Perseguí a mis enemigos y los alcancé;
y no me volví hasta acabarlos.
38 Los destrocé y no pudieron levantarse;
cayeron debajo de mis pies.
39 Pues tú me has ceñido con fuerza para la batalla;
has subyugado debajo de mí a los que contra mí se levantaron.
40 También has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,
y destruí a los que me odiaban.
41 Clamaron, mas no hubo quién los salvara;
aun al SEÑOR clamaron, mas no les respondió.
42 Entonces los desmenucé como polvo delante del viento;
los arrojé como lodo de las calles.
43 Tú me has librado de las contiendas del pueblo;
me has puesto por cabeza de las naciones;
pueblo que yo no conocía me sirve.
44 Al oírme, me obedecen;
los extranjeros me fingen obediencia.
45 Los extranjeros desfallecen,
y salen temblando de sus fortalezas.
46 El SEÑOR vive, bendita sea mi roca,
y ensalzado sea el Dios de mi salvación,
47 el Dios que por mí ejecuta venganza,
y subyuga pueblos debajo de mí;
48 el que me libra de mis enemigos.
Ciertamente tú me exaltas sobre los que se levantan contra mí;
me rescatas del hombre violento.
49 Por tanto, te alabaré, oh SEÑOR, entre las naciones,
y cantaré alabanzas a tu nombre.
50 Grandes victorias da El a su rey,
y muestra misericordia a su ungido,
a David y a su descendencia para siempre.

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